Bucólicas tardes
casi accidentadas
en las que el café es solo la excusa,
como tus manos
y tu voz.
Escuece la herida
de palabras vacías.
La almohada está fría.
Como un invierno perdida
entre escaparates y adivinanzas.
Callado
Tu pelo desaliñado
un silencio y un tinto
desafían sin cordura.
Al amanecer
hay mucho que perder.
Invoco a que te sumergas entre mis letras mi pelo
e insiste la afonía
y esa barba consorte de esos ojos
tan inciertos
como tú.
Mudo
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2 comentarios:
Muy interesante tu poesía, de verdad. encantado de conocerte.
Muchas gracias Rodolfo. Suerte con la presentación de tu último libro, te seguiré de cerca ;)
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