21/3/10

En el autobús

Puntual en un margen de diez minutos.
Alzo la mano y paso mi trozito de plástico,
ese que te permite disfrutar del trayecto.
Busco un hueco en el que poder sentarme
mientras, voy agarrándome a las barras por el vaivén
a días comparable a una atracción de feria.

Me siento
y noto como los brazos de mi compañera de asiento se encojen
diría que la regla es no tocarse ni rozarse.
Entre todos nos miramos sin mirarnos
cada uno absorto en una cosa
la ventana, la música, el diario, las oscuras gafas de sol ...

Llega mi parada
toco el timbre
y, ya de pié,
intento mantener el equilibrio en el frenazo.
Se abren las puertas
y aterrizo en la acera
He llegado a mi destino.
Mañana... a la misma hora.

No hay comentarios: